1 de noviembre de 2017

¿Qué pides a Europa, Puigdemont?

La rueda de prensa de ayer en Bruselas sirvió para que Puigdemont tocara la puerta de la Unión Europea con más ruido que otra cosa. Fue tan concurrida como estrafalaria. Tan esperada como decepcionante. ¿Qué quieres de Europa, Puigdemont? podría ser la pregunta con la que todos nos quedamos tras el mitin antiespañol que motivó tan tumultuosa convocatoria.

Si quieres el asilo político, no puede ser, porque la UE no acepta que ninguno de sus países miembros genere situaciones que motiven el asilo político. El asilo es solo para quienes huyen de la represión o de la guerra de terceros países. Si quieres que te ayuden los partidos nacionalistas belgas, ten cuidado con las connotaciones fascistas de algunos de sus miembros. Si quieres que la Unión Europea sancione a España por su actuación judicial contra los delitos cometidos en el ‘procés’, no lo hará, porque considera que el poder judicial español es independiente del Gobierno y que las leyes penales españolas son plenamente democráticas. Si lo que pretendes es quedarte aquí, en Bruselas, puedes hacerlo, no hay problema. Eres libre y puedes estar donde quieras. Pero si un día las autoridades judiciales te llaman a declarar, tendrás que acceder, a riesgo de que las autoridades belgas te detengan para cumplir con una orden europea surgida de un tribunal.

Si lo que quieres es que la Unión Europea incorpore el tema catalán a la agenda de los 28, no lo hará, porque considera que es un asunto interno de España y que debe resolverse en el marco de la Constitución y de las leyes españolas. Pedirán diálogo y acuerdo, sí, pero siempre respetando la voluntad y las decisiones del Gobierno español, que es, no lo olvidemos, el socio del club.

Si se trataba de aceptar el reto electoral del 21-D y fijar el discurso independentista, estás en tu derecho, pero colocar a todos tus adversarios (PSC- PP y C’s) bajo un mismo paraguas llamado 155, es demasiado pronto y sobre todo, demasiado burdo.

Si tu disposición a aceptar los resultados del 21-D era la base de una pregunta incisiva contra el Gobierno de España, cuestionando que éste acepte los resultados electorales, permíteme otra pregunta: ¿Cuándo y quién no ha aceptado el resultado de las urnas en España en los últimos 40 años? ¿Crees que alguien en Europa se puede tomar en serio esa retórica pregunta contra el Gobierno de España?

Denigrar a España es tu especialidad, pero ¿por qué no te preguntas si es razonable llevar a la independencia unilateral a un país con una mayoría parlamentaria tan exigua y sin mayoría social? Si finalmente, pretendes que Europa comprenda y acepte la reivindicación independentista de Cataluña, te diré que aquí nadie quiere más Estados en una Unión ya demasiado numerosa y heterogénea. Mucho menos si se trata de regiones o naciones que se separan de un Estado miembro. Porque luego viene Córcega o Véneto, o Escocia, Lombardía, País Vasco, Bretaña... y hasta Baviera. No, aquí nadie quiere oír hablar siquiera, de esos procesos de independencia regional.

Pero si lo que querías Puigdemont es simplemente llamar la atención, maldecir al Gobierno de España y tocar la campana mediática, eso sí lo has conseguido. Pero sirve de poco, créeme, cuando nadie quiere oír esa campana.
 

Publicado en El Correo, 1/11/2017