15 de septiembre de 2016

"Eppur si muove"



No corren buenos tiempos para Europa. Todos la critican. Nadie confía en ella. Parece mentira pero el sueño de cientos de millones de europeos durante los últimos 50 años del siglo pasado por vivir en paz y en progreso, superando guerras y siglos de enfrentamientos, vive actualmente una pesadilla.

No corren buenos tiempos para Europa. Todos la critican. Nadie confía en ellaSon demasiadas cosas. Una crisis económica que ha dividido a los países del norte y del sur, que ha empobrecido a las clases medias y que ha devaluado el modelo social y laboral de nuestros padres. Una crisis de inmigración de millones de refugiados de la guerra y del hambre que quieren vivir con nosotros y que, en el fondo, aceptémoslo, muchos europeos no aceptan. Un país que se va, abriendo una puerta que solo se abría para admitir nuevos socios.

Son muchas cosas y como consecuencia de todo ello, Europa vive hoy una encrucijada grave, casi dramática. La enfermedad se llama de nuevo nacionalismo y se cubre de un sentimiento antieuropeo, que recorre peligrosamente muchos de los estados miembros de la Unión.

Como decía Lenin: "¿qué hacer?". Se me ocurren algunos consejos:

En primer lugar, combatir el dramatismo y poner fin al discurso contra el euro, contra Bruselas y contra la Unión, culpándola de todos los males. Este injusto tratamiento mediático y político que sufre Europa no hace sino alimentar el fuego que nos destruye. Es imprescindible poner en marcha un nuevo relato europeísta que ponga el énfasis en la necesidad de hacer frente a los retos de una humanidad globalizada cada día más necesitada de democracias supranacionales. El cambio climático, la lucha contra el terrorismo, la unión fiscal.... tantas cosas reclama Europa que resulta increíble escuchar tanto nacionalismo retrógrado frente a estas evidencias.

En segundo lugar, hay que seguir avanzando en la construcción europea por difícil y lenta que resulte esta marcha. Apostar por la unión bancaria, la unión fiscal, la interpretación flexible del pacto de estabilidad, la inversión pública, todo lo que reclama una gobernanza económica de la zona euro para crecer económicamente y crear empleo. Seguir avanzando en la construcción de Europa es hacer la agenda digital, el pilar social...

Es urgente, además, resolver la crisis de los refugiados y la inmigración. No será fácil, a la vista de la insolidaria actitud de muchos países de la Unión, pero también en esto nos jugamos el futuro de una unión con valores que resuelva además así sus graves problemas demográficos.

Es verdad que hay turbulencias. Europa se hace a golpe de crisis y de esta también saldremosPor supuesto, también hay que negociar el brexit y, al hacerlo, conformar la Europa del futuro, convirtiendo la crisis británica en una oportunidad para fortalecer la Unión en su núcleo y configurar un nuevo espacio de relación económica y política con los países vecinos.

Hay muchos pesimistas y muchos antieuropeos que quieren destruir la Unión. Pero yo creo que esto afortunadamente es imposible. Europa es como un avión en vuelo. Es verdad que hay turbulencias, pero nadie quiere estrellar el avión. Yo soy optimista porque no hay vuelta atrás y porque siempre se han resuelto esta y otras crisis encontrando caminos de solución. Así ocurrió con Ámsterdam, con Maastricht, con Lisboa... Europa se hace a golpe de crisis y de esta también saldremos para aterrizar en una Europa federal.

Publicado en 20minutos.es 15/09/2016