27 de junio de 2009

Sobre la Responsabilidad Social de las Empresas.PNL Congreso de los Diputados.

Señorías, yo tengo un amigo sindicalista que dice que esto de que las empresas sean socialmente responsables es una ingenuidad, porque le parece que esto es como pretender que un partido político sea generoso con su adversario.

Creo que mi amigo se confunde, porque somos legión en todo el mundo, no solo en nuestro país,los que creemos que en el siglo XXI las empresas o son responsables socialmente o no podrán ser competitivas.

Es aquí, en esta ecuación curiosa, en esta base de la pirámide, en la que se sitúa una reflexión filosófica que está tomando cuerpo en todo el mundo con una enorme potencia, la idea de que las empresas, en la competencia globalizada, solo si son empresas excelentes en todos sus comportamientos, no solo con sus impactos sociolaborales o medioambientales, sino con todos sus stakeholders,con todos los grupos de interés, proveedores, trabajadores, administraciones públicas, etcétera, solo si las empresas, respondiendo con excelencia a las demandas de sus entornos, son empresas socialmente responsables, serán competitivas. Si no, el mercado las acabará apartando de la competitividad globalizada.

La empresa no es una isla, la empresa no es solo de los accionistas. El beneficio no es la única función de la empresa. Estas tres afirmaciones que les hago, señorías, hace solo unos pocos años eran cosas que no se podían escuchar. Hoy son un clamor; hoy, en todo el mundo se reclama esta filosofía, que algunos llaman una nueva ética de los negocios y que se ha implantado en la práctica empresarial de una manera formidable; en todo el mundo, no solamente en España. Hace cinco años, por ejemplo, las memorias sociales y sostenibles —lo que se llama en el argot la triple memoria, no solamente la memoria económico-contable, sino la que da cuenta con comportamientos de la empresa en materia social y medioambiental— prácticamente no existían, se podían contar con los dedos de las manos. Hoy hay centenares o miles.

No hay una empresa que cotice en Bolsa, no hay una empresa importante en España o en el mundo que no haga triple memoria. ¿Por qué? Porque hay una demanda de transparencia en el comportamiento de la empresa para con la sociedad. Hoy no se para de conocer nuevas iniciativas, equipos directivos en las empresas, decenas de cátedras universitarias, centenares de jornadas formativas,cursos de formación posgrado en todas las escuelas de negocio, centenares de libros, guías de aplicación de la RSE, políticas de las comunidades autónomas, políticas de los gobiernos en todos los países para el fomento de la RSE. Es una marea densa, es una marea rica, que está potenciando este nuevo rol, este nuevo concepto de la empresa, en una nueva sociedad.

En nuestro país ha habido una convergencia extraordinaria de dos grandes razones que han impulsado fuertemente esta idea. De una parte, una confluencia casi milagrosa de los cuatro grandes actores de la política de RSE, administraciones públicas, empresarios, sindicatos y tercer sector —ONG, consumidores, expertos, etcétera— y de otra, un camino recorrido sobre la idea del consenso y de la voluntariedad, no imponiendo nada, sino dejando que las empresas incurran en esta práctica desde una perspectiva del convencimiento de que, para ser competitivas, hay que ser sostenibles, hay que ser socialmente responsables. En el tercer aniversario de la aprobación en esta Cámara de un libro blanco que culminó una subcomisión parlamentaria, que hizo un gran trabajo y que aprobó por unanimidad un montón de resoluciones y de propuestas de orientación en esta materia, hemos creído conveniente traer aquí, a esta Cámara, un texto que recoge las grandes líneas de la política de RSE, con idea de que se aprueben aquí dos cosas.

Primero: incorporar al sector público la cultura, las prácticas, la filosofía empresarial de la sostenibilidad, porque no nos parecía lógico que grandes organismos de la Administración pública —digamos hospitales, hay más de cien en España; digamos universidades, hay más de 80 en España—, que son organismos públicos que prestan servicios básicos fundamentales y tienen que informar con transparencia a la sociedad, tienen que dar ejemplo de responsabilidad social.
No se puede predicar sin dar trigo, como suele decirse, y la administración no puede promover políticas de RSE sin dar ejemplo. Esta es la idea que hoy traemos aquí para trasladar al Gobierno y a sus organismos públicos, a sus entidades públicas, a sus empresas públicas, a las empresas que contratan con la administración, que hagan políticas de RSE.

En segundo lugar, desarrollar, en colaboración con el consejo de la RSE, las políticas de fomento, de ordenación,de impulso a la RSE.

En definitiva, señorías, la proposición que les traemos reafirma el amplio consenso construido en este país, en estas instituciones, en este Parlamento, en la política española, sobre esta idea.
Hoy aprobaremos —me alegra decirlo—, por unanimidad también, un texto que recoge todas las enmiendas y todas las propuestas que los demás grupos han hecho —el Bloque, que presentó un texto original; el Partido Popular, Convergència i Unió, que han presentado enmiendas—, y hoy someteremos a aprobación un texto consensuado, que pasaremos después a la Cámara. También me parece importante decir, señorías, que esto de la RSE no desaparece con la crisis, como algunos dicen; desaparece con la crisis la acción social de la empresa, que es otra cosa; desaparece con la crisis el márqueting social, que es otra cosa; la RSE es una política integral que impregna la gestión de la empresa, el rol de la empresa, la manera de hacer empresa en una sociedad globalizada en la que la sociedad participa y penetra en el negocio mismo de las compañías, a través de múltiples actividades, desde accionistas hasta consumidores.
Esto es lo que nos lleva a la consideración de que la visión cortoplacista de la actividad empresarial y la búsqueda del máximo beneficio en el menor plazo son las que han provocado la crisis y las que han salido derrotadas con la crisis, porque son siempre causa de resultados trágicos, como está ocurriendo con la crisis financiera. Por el contrario, la empresa limpia, la empresa ecológica, la empresa sostenible, con una vitola de responsabilidad, emerge de la crisis con un plus de competitividad frente a la empresa tóxica e irresponsable.
Este es el sentido de la propuesta, señorías.

Solo me queda, para terminar, despedirme, porque quiero decirles a todos ustedes, señorías, que esta será seguramente mi última intervención en esta Cámara, en esta tribuna.

Quiero decir a todo el personal de esta casa,desde ujieres a taquígrafos, que ha sido un placer trabajar con ellos, y a todos ustedes, señores diputados, que ha sido un honor trabajar con ustedes.

Ultima intervención en el Congreso de los Diputados,23/06/2009
Proposición no de Ley DEL GRUPO PARLAMENTARIO SOCIALISTA,
SOBRE RESPONSABILIDAD SOCIAL
DE LAS EMPRESAS. (Número de expediente
162/000322.)

22 de junio de 2009

La Europa que viene

Algunos historiadores creen que la Historia es fruto de fuerzas ineluctables que empujan en la dirección de un destino más o menos prefigurado. La Historia camina así hacia fines necesarios e inevitables, fruto de circunstancias políticas, sociales y económicas que marcan un rumbo irreversible. Pero no son pocos quienes piensan que muchos cursos históricos han sido alterados por la fuerza implacable de una personalidad -pongamos Napoleón o Hitler- o por la azarosa coincidencia de circunstancias y oportunidades de ámbitos diversos, en absoluto previstos por esa visión cuasideterminista de la Historia.

Desde hace sesenta años Europa se construye sobre una doble voluntad. De una parte, la de superar las múltiples guerras que sacudieron nuestra historia y edificar por fin un espacio común de paz y democracia, de libertad y derechos humanos sobre las grandes conquistas civilizatorias logradas en los últimos siglos. Y de otra, la de aprovechar las enormes sinergias de un mercado común, con libertad de movimientos para personas, mercancías y capitales con el fin de crear la economía más competitiva del mundo en el máximo progreso económico y bienestar social.

En los últimos tiempos las cosas se han ido haciendo cada vez más complejas y difíciles. La ampliación a veintisiete países y quinientos millones de personas ha incorporado a la Unión tal heterogeneidad política, social y económica que inevitablemente su marcha institucional se ha visto ralentizada. La globalización económica ha golpeado los delicados equilibrios sobre los que se había construido nuestro universo sociolaboral. Todo se produce en todo el mundo y la competencia a la baja de los países emergentes ha arrastrado hasta la devaluación o la desaparición a nuestras grandes instituciones de protección social y laboral. Eso llevó, por ejemplo, y entre otras cosas, al 'no' francés y holandés a la Constitución Europea, que ahora tratamos de suplir con el Tratado de Lisboa, todavía pendiente de otro 'no', esta vez de Irlanda, que debe convertirse en sí este otoño, a riesgo de catástrofe institucional.

Europa es importante -todos lo dicen y todos lo sabemos- y, sin embargo, Europa no interesa. No supera la barrera de las fuertes y apasionadas disputas nacionales. No ayuda tampoco la complejidad burocrática de su funcionamiento y la notable imperfección democrática de sus instituciones. El pasado 7 de junio, por ejemplo, votamos un parlamento para el gobierno de Europa, pero al nuevo presidente de la Comisión lo elegirán los ejecutivos nacionales. Tenemos una moneda común y un Banco Central Europeo, pero no un gobierno económico paralelo y equivalente dotado de un presupuesto digno de tal nombre y financiado por alguna figura impositiva común a todos los ciudadanos europeos. Falta mucho por hacer y cada vez que avanzamos en la construcción común surgen intereses nacionales contrapuestos y soberanías nacionales heridas que llaman al antieuropeísmo. Y, sin embargo, el camino parece irreversible y la torre de Babel que estamos levantando se asemeja cada vez más al hogar que deseamos habitar.

Para evaluar la naturaleza de las dificultades no conviene olvidar que somos veintisiete naciones, con veintitrés idiomas (sin contar varias lenguas regionales en el interior de cada país). Pertenecemos a tres religiones distintas (cristianos, protestantes y ortodoxos) y cuatro si añadimos la musulmana. Nos atenazan los recuerdos de guerras pasadas, el odio al vecino que atravesó nuestra historia y, a pesar de todo, estamos haciendo lo necesario, lo inevitable. Estamos haciendo Europa como el único destino lógico de los europeos. Se cumpliría así la teoría determinista que establece que Europa, con más o menos dificultades, con mayor o menor velocidad, camina inexorablemente hacia una especie de Estados Unidos de Europa, un modelo federal de un gran espacio supranacional en el que convergerán las grandes competencias de las antiguas naciones europeas: la defensa, la política exterior, la macroeconomía, el mercado interior, las fronteras, etcétera.

Pero no está tan claro. A la formidable crisis institucional que hemos vivido con la Constitución y con el Tratado de Lisboa se ha unido el creciente euroescepticismo que se ve y que se vive en casi todas partes. ¿Dónde están los proeuropeos? ¿Adónde han ido las pasiones europeístas de la intelectualidad francesa y alemana de los sesenta y setenta? ¿Qué ha sido del fervor por Europa que mostraban los países que se han ido incorporando a la Unión, como España o Grecia y tantos otros? Joska Fisher, el verde que fue ministro de Exteriores alemán, afirmaba recientemente que si hoy tuviera que decidirse en Alemania la incorporación al euro y el abandono del marco, la respuesta sería no. Hay muchos más signos preocupantes. La baja participación electoral es uno de ellos. Allá donde el voto no es obligatorio, la abstención europea ha sobrepasado el 50% y la media de participación, incrementada por el voto obligatorio, no ha superado el 40%. Los conservadores británicos abandonarán al grupo popular europeo y formarán grupo parlamentario con una rara mezcla de polacos, checos, letones y demás nacionalistas y populistas. Que los conservadores británicos no estén en el gran grupo de la derecha europea es gravísimo. Todo ello es bastante decepcionante.

Es curioso, cuando más Europa necesitamos, menos europeístas nos sentimos. Cuando todos los problemas que preocupan a la Humanidad, la salida de la crisis financiera, la dependencia energética, la lucha contra el cambio climático, el modelo social de Europa en la globalización, etcétera, etcétera, reclaman políticas supranacionales, más nacionalistas nos volvemos. Cuando resulta evidente que sólo con Europa y a través de Europa tienen salida las grandes reivindicaciones de un mundo más sostenible, una economía al servicio del empleo, una empresa más responsable socialmente, un reparto de la riqueza más equitativo, una economía financiera al servicio de la empresa y no especulativa y sin base en la economía real, la desaparición de los paraísos fiscales, etcétera, damos la espalda a Europa y nos envolvemos en la falsa bandera del proteccionismo y de un localismo mal entendido.

No. No está claro qué Europa viene. No está escrito que siempre avancemos y que el camino nos lleve indefectiblemente al único destino que creíamos seguro. El Parlamento Europeo elegido el 7 de junio ofrece serios signos de preocupación, con casi un centenar de diputados 'raros' respecto a Europa y sus valores. La crisis institucional del Tratado de Lisboa no ha terminado. Las indiferencias de la opinión pública europea respecto a la Unión no son un problema menor. Ese antieuropeísmo rampante que asoma por doquier podría incluso llevar al partido conservador inglés a proponer la salida del Reino Unido de la UE. El americanismo con que se comportan algunos países del Este hace daño a Europa. La falta de líderes comprometidos con Europa como los Kohl, Mitterrand, González de los noventa es cada día más patente. Son demasiadas circunstancias adversas para un objetivo tan ambicioso como difícil.

De manera que nada está escrito en esta aventura histórica que llamamos construcción europea y es así como se presenta esta nueva legislatura europea que iniciaremos los primeros días de julio en Estrasburgo. Nuestra primera decisión será ratificar o no la propuesta de Durao Barroso para presidir la Comisión. Una propuesta que España apoya y ante la que recela la izquierda europea. Primer compás de la difícil cuadratura de un círculo que envuelve los intereses del país y los de la opción ideológica en la que nos encuadramos los europarlamentarios. Les mantendré informados.

El Correo, 21/06/2009

19 de junio de 2009

Las cosas en su sitio

Quienes creían que el siete de junio iba a ser una fecha definitiva del inmediato futuro político español, estaban equivocados. Las elecciones europeas han proporcionado muchos mensajes a los partidos y han generado nuevas situaciones políticas que configuran un futuro bastante distinto al anterior en el ámbito europeo.

Pero en España, las cosas no han cambiado sustancialmente. El PP ha ganado pero con una diferencia mínima que no permite extraer conclusiones en clave electoral nacional. Es decir, sería completamente imprudente y falto de base científica derivar del resultado del domingo pasado un previsible triunfo del PP en las próximas elecciones generales.

Al Gobierno de España votamos hace un año y previsiblemente no lo haremos de nuevo hasta 2012. Las intenciones del electorado son inescrutables y más allá del componente nacional que hayan tenido los electores, el cambio de gobierno de España no ha estado para nada en el epicentro de las propuestas partidistas. Ha podido haber y sin duda lo ha habido, un voto de castigo, o un toque de atención y aviso al Gobierno.

Pero deducir de ello, un mandato electoral para convocar elecciones –como irresponsablemente ha pedido algún dirigente regional del PP– o cuestionar la estabilidad política española, es confundir el tocino con la velocidad. De ahí que la especulación surgida sobre la presentación de una moción de censura por parte del PP, ha sido tan tímida como efímera y pedir al Gobierno que presente una moción de confianza es como cantar a la luna.

¿Con quién pactaría el PP?
El PP no ha resuelto todavía una cuestión capital en sus aspiraciones de gobierno: ¿Con quién pactará su mayoría? Porque, si un día gana las elecciones necesitará el apoyo de minorías nacionalistas para gobernar y para ganar, necesita apartarse de esas minorías para reforzar sus perfiles nacionales.

Es por eso que no quiere conjugar una moción de censura junto a CIU, PNV y otras minorías. Por eso y porque esos partidos tampoco están dispuestos a contaminarse junto al PP en una operación de acoso y derribo a Zapatero, que sus electorados en Cataluña y Euskadi no entenderían en absoluto.

De manera que, dejemos las cosas en su sitio. Al PP las elecciones europeas le han dado oxígeno y a su líder le han confirmado en su discutido liderazgo interno y en su carrera para ganar a Zapatero en su tercer intento. Pero poco más. Ganar al partido del Gobierno por 3,7 puntos en plena crisis económica, en un contexto de debacle para la izquierda internacional y en unas elecciones europeas en las que se castiga al gobierno con mucha facilidad y se vota sin la presión del voto útil de las generales, es una victoria menor.

Pero, si es erróneo para el PP exagerar los efectos de su victoria, más lo sería para el PSOE, minusvalorar su derrota. Haber mantenido un 38,5% de apoyo popular en circunstancias difíciles no nos garantiza que con una participación de 30 puntos más (en el entorno del 75%) vayamos a ganar unas nuevas generales en 2012. Primero porque objetivamente, ganar unas elecciones generales por tercera vez es mucho más difícil que hacerlo por segunda.

Y en segundo lugar, porque ha quedado demostrado en reiteradas ocasiones y en estas europeas, también, que la masa electoral de centro, es decir, la que está dispuesta a cambiar su voto entre PSOE y PP, es cada vez mayor. Uno de los datos más interesantes de la radiografía postelectoral del 7-J, sería saber el número de votantes al PP procedentes del PSOE y viceversa.

Esta legislatura solo acaba de empezar (Junio de 2008) y será larga y dura. El ánimo electoral de las próximas generales no está prefigurado en absoluto y el PSOE y el PP tienen el partido abierto. El resultado dependerá de múltiples factores, pero si alguno resultará decisivo, este será el comportamiento ante la crisis y la evolución de ésta los próximos tres años.

Ha pasado un año en el que han primado medidas anti-shock: Garantía de confianza a los depósitos bancarios; inyección de liquidez al crédito; medidas de intervención y saneamiento de entidades financieras; créditos fiscales a consumidores y empresas; fuertes inversiones públicas en políticas Keynesianas para combatir la atonía de la demanda y la inversión privada; ayuda a sectores industriales estratégicos (automoción, turismo, etc), todo ello en un marco de protección social a los sectores más perjudicados por la crisis.

España ha hecho un esfuerzo económico enorme. Si lo medimos en su deuda pública acumulada, pasaremos del 38% del PIB al 60% aproximadamente en tres años. Nadie ha hecho tanto. En parte, porque muy pocos tenían una deuda viva tan baja como España. Pero esto solo es el principio. Ahora toca seguir abordando reformas que mejoren la productividad y la competitividad internacional de la economía española.

Incógnitas
El verano nos dará un respiro en el empleo y todos esperamos que a finales de este año se recupere la confianza financiera y empiecen a mejorar el consumo y la inversión. Pero la absorción del alto desempleo español es una tarea ciclópea y será larga. Dos incógnitas se proyectan sobre el presente. La primera gira sobre el presupuesto 2010. Sus líneas generales, sus políticas principales las conoceremos pasado el verano, pero el techo de gasto tenemos que aprobarlo en las Cortes este mismo mes.

Ahí empieza uno de los grandes retos del Gobierno para los próximos meses (junto al marco de financiación de las CCAA para los próximos cinco años y un posible acuerdo social tripartito con Empresarios y Sindicatos). La aprobación del presupuesto 2010 es una condición necesaria para la estabilidad política que necesita el Gobierno.

La segunda se centra en la actitud del PP ante la crisis. Personalmente creo que a Rajoy y al PP se les ofrece una extraordinaria oportunidad de aparecer como un partido serio que, haciendo una oposición responsable, es decir, con capacidad de pacto y de apoyo al Gobierno para salir de la crisis, se ofrecen como una alternativa centrada y capaz para después de dos legislaturas del PSOE. Pero me temo que les pierde la radicalidad y la ansiedad.

Radicalidad contra el Gobierno en todo y para todo, originada en una cierta intolerancia a los socialistas y en un desprecio casi antropológico al presidente del Gobierno. Ansiedad de acortar la legislatura como sea para asegurarse el triunfo en unas elecciones anticipadas por el fracaso ante la crisis.

De lo uno y de lo otro, surge una oposición frontal al Gobierno y un rechazo absoluto a toda colaboración. Prefieren contar parados que ayudar a reducirlos. Pero, ¡ojo!, los ciudadanos también cuentan y cuando toque, sabrán distinguir los aciertos o los fracasos del Gobierno y los méritos o lo contrario de la oposición.

Expansión, 19/06/2009

17 de junio de 2009

Bienvenida al SpainSIF

Estábamos alarmados porque el porcentaje de la inversión responsable y sostenible en España es anormalmente bajo en comparación con otros países (EEUU y Reino Unido especialmente) y de que no llegue al 1% el volumen de esas inversiones. Estábamos convencidos de que la ISR (Inversión Socialmente Responsable) es un factor de impulso y desarrollo de la RSE porque transforma los esfuerzos de las empresas en sostenibilidad en resultados financieros directos. Llevábamos cinco años reclamando el impulso de la ISR en España, predicando en congresos, jornadas, artículos, observatorios y demás foros de impulso a la RSE…

...y de pronto aparece un foro concebido y creado para ello. Bienvenido pues el Foro Español de Inversión Socialmente Responsable, también llamado SPAINSIF y que tiene como misión primordial fomentar la integración de criterios ambientales, sociales, y de buen gobierno corporativo en las políticas de inversión en España mediante el diálogo con los diferentes grupos sociales y contribuyendo al desarrollo sostenible.

Para la consecución de sus fines, el Foro:

Promoverá la ISR para la generación de demanda y oferta en España
Transmitirá una visión plural e independiente sobre los distintos temas que afecten a la promoción de la ISR en España
Elaborará un plan estratégico con objetivos a tres años y revisión anual para la promoción de ISR en España

Desgraciadamente la crisis no ayuda a que crezca la ISR. Muchos fondos buscan capear el temporal y pocos se acuerdan ahora de los objetivos solidarios o sostenibles de sus inversiones, pero los analistas financieros tendrán que recurrir a estos estímulos muy pronto, para volver a atraer al dinero.

El Foro está integrado por entidades muy plurales: desde cajas y bancos a sindicatos, pasando por expertos, ONG, etc. La calidad personal de sus miembros es altísima. Ahora les vendría bien un apoyo financiero a sus actividades que bien podría venir del Ministerio de Trabajo. Por sugerir, que no quede.

Sólo nos queda felicitar a los promotores y desearles buen trabajo y mucho éxito.


PD. Les recuerdo el artículo publicado por Alternativa Responsable: “Un Estímulo Imparable” en Cinco Días el 17 de diciembre de 2007

Diario Responsable, 17/06/2009

5 de junio de 2009

No es lo mismo

No es lo mismo que tras las elecciones del próximo 7 de junio tengamos una mayoría socialista en Europa o no la tengamos. Por supuesto que no es lo mismo, nos jugamos no sólo nuestro presente sino también nuestro futuro mientras atravesamos una situación muy complicada por la crisis económica y financiera mundial

Todo lo que preocupa al mundo se resuelve con Europa o en Europa: la salida de la crisis, la reorganización del sistema financiero, la defensa de un modelo social, el propio modelo social europeo, la dignidad en el trabajo, la seguridad energética, la lucha contra el cambio climático ….Todo se decide en Europa o a través de Europa.

En este sentido, España está jugando un papel crucial en las políticas de la Unión Europea y lo está haciendo con una orientación clara: ampliar la protección de los más débiles. Por ejemplo, lo han hecho nuestros eurodiputados, en la pasada legislatura, cuando impidieron en el Parlamento europeo la ampliación a 65 horas de la jornada laboral, una iniciativa que comprometía una conquista social fruto de la lucha de los trabajadores Lo han hecho también al defender políticas de conciliación de la vida familiar y profesional, similares a las que impulsamos en España y que sirven de ejemplo para otros países.

Frente a esta oferta, tenemos un Partido Popular anclado en los principios conservadores que han regido el mundo hasta 2007, incapaz todavía de procesar las enormes transformaciones que están teniendo lugar en el mundo desde el estallido de la crisis financiera. Sin ideas para reordenar la economía mundial y mucho menos para defender el modelo social europeo.

Como no es lo mismo, hay que votar el próximo 7-J y hay que votar al PSOE


Los blogs de ABC.es 5/06/2009

4 de junio de 2009

El domingo hay partido.

La última encuesta del CIS sobre las elecciones al Parlamento Europeo revelaba algunos datos que considero interesantes. Así, el 73 por ciento de los consultados contestó que las decisiones que se adoptan en el seno de la Unión Europea y del Parlamento Europeo afectan a la vida de los españoles mucho o bastante.

También reflejaba el sondeo que más del 70 por ciento de los españoles está a favor de la UE, porcentaje que se repite para señalar a los que opinan que el Parlamento Europeo es importante dentro de la UE. Aparte de ello, se ha repetido estos días en diferentes foros y por representantes de distintos partidos que casi el 70 por ciento de las políticas nacionales están actualmente condicionadas por directivas europeas.

Y pese a estos datos, el índice de participación en las últimas elecciones europeas fue del 45 por ciento. La importancia para España tanto de la UE como del Parlamento Europeo, que comparten una gran mayoría de españoles, no debe traducirse en un porcentaje tan pobre de participación.

Propiciar una política común europea de izquierdas en materia económica, de inmigración o social, es un excelente motivo para votar. Abstenerse en esta ocasión supone, en la práctica, favorecer la estrategia del Partido Popular, que se ha empeñado en embarrar el terreno de juego para que el público piense que se ha suspendido el partido y no acuda al campo. Pero el partido se juega el próximo domingo y son su voto lo podemos ganar.

Los blogs de ABC.es 4/06/2009

2 de junio de 2009

En la buena dirección

Los datos así lo demuestran: el paro ha disminuido este mes de mayo en más de 24.000personas y la afiliación a la Seguridad Social ha aumentado en cerca de 70.000 personas, con respecto a abril. Puede afirmar con seguridad que con estas cifras vamos en la buena dirección para salir de la crisis y crear empleo.

Los datos así lo demuestran: las medidas puestas en marcha por el gobierno son las adecuadas y empiezan a dar resultados “cuantificables y medibles” en términos absolutos y por lo tanto incontestables. No son resultado de la casualidad, sino que responden a una estrategia diseñada por Zapatero, como es el Plan E, que han sido tan criticado por el PP de manera injustificada como ahora se demuestra.

Los datos así lo avalan: es la mayor bajada del paro que se produce en 3 años y rompe la tónica de aumento de los últimos 14 meses. La cifra de la Seguridad Social supone recuperar los afiliados que se había perdido en los 2 últimos meses. No es momento para el triunfalismo porque la coyuntura mundial sigue siendo complicada pero si es momento para reconocer que tenemos un gobierno eficaz en la lucha contra la crisis.

Sólo nos queda por saber si el PP va a estar a la altura de las circunstancias, va a ser capaz de reconocer el acierto de las políticas del Gobierno y se va alegrar porque estén menos españoles en paro. Si la situación está empezando a cambiar se debe a los esfuerzos del gobierno, de los trabajadores, de los empresarios, de los ayuntamientos, de las comunidades autónomas ….. ahora solo faltan los esfuerzos del PP.

Los blogs de ABC.es 2/06/2009

1 de junio de 2009

Europa fuerte y unida

Se reprocha a la Unión Europea que avanza lentamente. Lo raro sería que una comunidad de 27 países, con 21 idiomas propios, construida sobre un pasado de conflictos y guerras entre sí, avanzara a gran velocidad. El riesgo de colisión o colapso sería permanente. Lo que nos corresponde ahora es elegir la mayoría política del próximo Parlamento Europeo, desde donde reclamar una Europa fuerte política y económicamente. Seguirá habiendo obstáculos en ese camino, pero hay que evitar los retrocesos.

Durante los gobiernos del PP, España se desenganchó voluntariamente de los países que formaban el núcleo de empuje de la Unión Europea, y prefirió aliarse con los países euroescépticos (los que rechazan o recelan de los proyectos políticos de la Unión Europea, según el diccionario de la Academia) y apoyar sin fisuras las iniciativas de Bush. El apoyo de España a la guerra de Irak fue una patada al corazón de la unidad europea.

El primer semestre de 2010, España ocupará la Presidencia de la Unión Europea. En un momento de grave crisis económica que exige coordinación entre los países, presidir la UE es especialmente importante, y desde el Parlamento Europeo tendremos también la oportunidad de aportar ideas y arrimar el hombro.

Los socialistas españoles nos hemos destacado siempre por la creencia en una Europa fuerte y unida. Queremos más Europa, como ya les he dicho varias veces en este blog. Los asuntos que se debaten actualmente en la UE no son temas menores que puedan dejarse en manos de los demás. Sigo invitándoles a que voten el próximo 7 de junio. Y sigo persuadido de que lo harán al PSOE si creen en Europa y quieren más Europa.


Los Blogs de ABC.es 1/06/2009

Europa siete de Junio.

Vengo a hablarles de Europa porque he aceptado este nuevo destino en mi trayectoria personal y me he planteado tres retos:

- Hacer más presente a Europa entre nosotros y fomentar el debate europeo en España.

- Participar en los grandes temas políticos del mundo a través de Europa. Hacer política a través de Europa. Sin los filtros de las trincheras nacionales.“Sin la miseria nacional de la pelea partidista”.

- Contribuir al fortalecimiento y a la articulación de un pensamiento y de un discurso de izquierda en la nueva encrucijada ideológica y política del mundo.

Efectivamente, mi convicción es que en los últimos años estamos asistiendo a una alteración sistémica de los fundamentos sobre los que hemos vivido la segunda mitad del Siglo XX.

El mundo cambió y nosotros no, dice con frecuencia Felipe González. Rocard decía a mediados de los noventa que para transformar el mundo, primero hay que comprenderlo.

Cuatro son las grandes causas del cambio:

.La caída del muro y la desaparición del modelo comunista.

.La revolución tecnológica. Generadora de grandes transformaciones sociales.

.La globalización económica y productiva. (No tanto del comecio…)

.La crisis financiera de 2007. La crisis financiera ha sido el punto de inflexión de un cambio que se viene gestando desde hace dos décadas.

La pregunta es si estos cambios están generando una sociedad que progresa (en beneficio de la humanidad). La pregunta es si estos cambios se están produciendo de manera sostenible, racional.

Pues bien, yo afirmo que:

-No es racional ni sostenible un sistema financiero que funciona con todas las tecnologías de la sociedad de información, creando productos sin bases reales, sin contabilidad, en un mercado mundial interconectado y permanente que no tiene reglas ni, por tanto, previsibilidad o control. Sus flujos han sido diez veces más que los de la economía real o el comercio. Por eso, la burbuja, ha estallado.

-No es racional ni sostenible el modelo productivo basado en el consumo masivo de energías no renovables que nos abocan a una crisis de oferta inevitable y que aceleran el cambio climático hasta lo irreversible.

-No es racional ni sostenible una distribución del ingreso tan desigual entre los seres humanos, más allá de la incorporación en esos años de una parte considerable de la humanidad al consumo, porque estallarán los conflictos, ahora agudizados por el incremento de la pobreza y la marginalidad.

-No es racional ni sostenible que la globalización económica y productiva se haga sobre una cadena infinita de subcontratación en un progresivo “dumping social” que destruya el trabajo digno y cuestione el modelo social europeo (el más justo de la Historia).

-No es racional ni sostenible que la comunidad internacional se enfrente a gravísimos problemas de seguridad colectiva: el crimen organizado, el terrorismo internacional y las situaciones de conflicto, con una debilidad manifiesta de las organizaciones multilaterales y supranacionales.

No. No es racional ni sostenible, que todo el progreso y las enormes oportunidades que nos brinda la tecnología o la sociedad del conocimiento, Internet y la revolución de las comunicaciones, generen un mundo peor. Un retroceso en los Derechos Humanos y en las condiciones de trabajo (Referencia a la OCDE en el artículo ”Trabajo Decente”) La Directiva Europea de las 65 horas.


No. No es racional ni sostenible. No es justo y nos negamos con más convicción que nunca a que el mercado organice la sociedad. A que el Estado se reduzca. A que la política sobre. Esa mano invisible que mueve la economía, es torpe y brutal, es salvaje en la construcción de nuestra forma de vida.

Por todo esto, también miramos a Europa.

Europa ha sido y es el horizonte supranacional al que hemos mirado desde niños.

Europa es el espacio en el que nos hemos hecho mayores, como personas y como país: el ingreso en 1986, los Fondos de Cohesión, la libertad de fronteras. El turismo, el euro…

Pero Europa es también nuestra esperanza de influir en un mundo globalizado que reclama una reorganización después de una crisis sistémica, la peor desde 1929 (dejando de lado la 2ª Guerra Mundial).

Europa es la herramienta necesaria, aunque no suficiente para que los ideales del derecho y la democracia, la justicia, y la cohesión social, la dignidad humana y el desarrollo sostenible, sean posibles.

Por eso quiero sintetizar mis ideas y mis propuestas en una especia de agenda de la izquierda para Europa. Definiendo lo que para mí serán GRANDES TENDENCIAS en el próximo futuro europeo :

1º) Más Europa. Una Europa más fuerte institucionalmente.Lo que reclama: Viene una Europa más democrática.

-El Parlamento con más competencias de su Historia.

-Que el Tratado de Lisboa entre en vigor el 1º de enero de 2010 (Nuevo Referéndum en Irlanda.

-Superación de los problemas del T.C. Alemán y la firma de la Ratificación en la República Checa).

-Fortalecer la dimensión democrática de la Unión:

. Más poderes al Parlamento.
. Elección directa del Presidente del Consejo.
. Reforzamiento funciones Exteriores y de Defensa.
. Protocolo de Subsidiariedad con los Parlamentos Nacionales
. Más participación ciudadana. (Iniciativa popular).


2º) Una Europa más fuerte, frente a la crisis.
a) Una tendencia a la Intervención del Estado. Nuevas regulaciones en servicios públicos. Un reforzamiento de la política. De lo público. El futuro de la Unión y de sus Estados miembros depende de la respuesta global a la crisis financiera.

b) Nuestro papel en la Reordenación de los Mercados Financieros:
• Mercados mejor regulados.
• Reforzar organismos internacionales.
• Supervisión nacional e internacional.

Europa, debe contribuir activamente en la creación de mercados mejor regulados y supervisados, que incorporen
las lecciones aprendidas de la crisis y creen un nuevo marco de estabilidad financiera duradera, y en particular:

Contribuir activamente al reforzamiento de los Organismos Internacionales acordado en la reciente Cumbre del G20 y reuniones de Primavera del Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial, tanto en materia de recursos, como de instrumentos y de gobierno. En concreto al reforzamiento del papel supervisor del Fondo Monetario Internacional, el aumento de sus recursos y la colaboración con el recientemente creado, Foro de Estabilidad Financiera.


Contribuir activamente en la reforma del marco institucional del sistema financiero global desde el punto de vista regulatorio, impulsado tanto desde el G20 como desde la UE. Deberá cobrar especial importancia en este marco el impulso de medidas que eliminen la impunidad de los paraísos fiscales, poniendo en marcha medidas que incentiven la cooperación e intercambio de información entre las jurisdicciones en una lucha común contra el fraude fiscal, el blanqueo de dinero y la lucha contra el terrorismo.

c) Necesitamos un verdadero gobierno económico de la UE:

. Aumento del Presupuesto Europeo (del 1,24% del PIB europeo al 2% y al 5% en los próximos años).
. Impuestos paneuropeos. Presión Fiscal
. Armonización fiscal. Favorecer los grandes Déficits fiscales de estos años


Necesitamos un Gobierno económico con una capacidad de inversión que, además de los Fondos Estructurales y el Fondo de Cohesión (que es preciso reforzar para ayudar a los nuevos países):

-Invierta en las redes transeuropeas de transporte, energía y telecomunicaciones.

-Invierta en potenciar la Sociedad de la Información (las TICs) a nivel europeo, en escuelas, municipios, empresas, hogares…

-Invierta en programas comunes de Educación y Universidades.

-Invierta mucho más en I+D: proyectos como el Airbus o el CERN han probado la rentabilidad de grandes proyectos europeos.

-La investigación europea en energías renovables sería otra inversión más eficiente a nivel europeo que a nivel nacional.

-Que invierta en una industria de Defensa común: nos saldría a todos más barato hacerlo a nivel europeo que a nivel nacional (proyectos como el Eurofighter demuestran que esto tiene sentido).



3º) Una Europa que preserve el modelo social europeo.

-Apostamos, asimismo, porque el próximo Parlamento Europeo tenga una ambiciosa agenda en materia de empleo y protección social. Es preciso luchar contra la idea de que la única manera de fomentar el empleo es, reformando a peor las condiciones laborales. Deberíamos tener políticas ocupacionales y de empleo comunes: como un Servicio de Empleo que promueve la movilidad laboral.

-Renovación de la Estrategia de Lisboa 2010: La renovación de la Estrategia, dirigida a la transformación de Europa en una economía más competitiva en el mundo, cobra especial relevancia en un momento de crisis aguda como el actual. Según lo establecido en las Conclusiones del pasado consejo Europeo de primavera, la Comisión presentará propuestas relativas a la renovación de la Estrategia de Lisboa durante la presidencia sueca, por lo que la Presidencia española asumirá una responsabilidad muy importante en el lanzamiento de la Estrategia de Lisboa post-2010.
La ecuación competitividad global-cohesión social, es el eje de este debate. Lisboa 2010 : La Economía más competitiva. Pleno empleo. Máxima cohesión social.
¿Nuevos horizontes en la crisis? ¿Está Europa condenada al deterioro de su marco laboral y de protección social? Economía sostenible.


4º) Una Europa a la cabeza de la lucha contra el cambio climático.

La Unión debe liderar la iniciativa para alcanzar, en la cumbre de Naciones Unidas a celebrar a finales de 2009 en Copenhague, un acuerdo global de reducción de emisiones. Los socialistas españoles promoveremos que Europa esté dispuesta a llegar, como mínimo, al 30% y tendiendo al 40%, en el horizonte de 2020, siempre que asuman compromisos equivalentes los grandes emisores industrializados.

-Economía del conocimiento
-Por una economía sostenible
-Energías Renovables

5º) Una política común de inmigración: Ordenada y con Derechos.

-Hay que apoyar políticas de integración, continuar con la consolidación y extensión de derechos, y luchar con firmeza contra el racismo y la xenofobia. Así, la inmigración debe concebirse como una política estratégica que debe plantearse a medio plazo y no dejarse llevar por la inercia de la crisis económica.

-Debe mantenerse firme el control de fronteras y de reducción progresiva de la inmigración irregular, de lucha contra las mafias y de diálogo permanente con los países emisores siguiendo los criterios establecidos por Naciones Unidas acerca de los nexos entre migraciones y desarrollo.


6º) Una Europa más fuerte en el mundo.

-Se trata de potenciar la Unión como actor global en la gobernanza mundial y ante las organizaciones supranacionales.
-Los problemas globales sólo admiten soluciones globales.

-“El ascenso del resto del mundo” (como lo llama el periodista de Newsweek Fareed Zakaria) pero entre ellos también potencias como China y Rusia, no democráticas, autoritarias, crecientemente poderosas, animadas por un nacionalismo cada vez más agresivo.
-Los conflictos regionales y el peligro de los Estados fallidos.
-El terrorismo global: que está dormido, pero no muerto.
-Las armas de Destrucción Masiva y la proliferación nuclear.
-El crimen organizado.
-La inmigración.
-El cambio climático.
-Las pandemias.
-La seguridad energética.

Y, claro, las crisis financieras de impacto global…
O rescatar África.
O ayudar a América Latina.


7º) Una nueva ética de la empresa.


¿Ciudadanía corporativa?
¿Responsabilidad Social Corporativa?
¿Empresas sostenibles?

El germen de esta idea es el cambio entre los lazos que unen Empresa y sociedad.

Llámenlo como quieran. Pero nos adentramos en un nuevo concepto cultural del Roll de la empresa en una nueva sociedad.

Voy terminando. Estoy seguro de que muchos de los enunciados de esta agenda, les han resultado conocidos.

Es muy probable que incluso les hayan sonado demasiado conocidos, retóricos, repetitivos. Quizás incluso ilusorios o utópicos. Lo admito, pero no por eso resultan menos necesarios.

La política necesita tener horizontes, objetivos, ideales.

Europa sufre una crisis que amenaza su cohesión y quizás su misma existencia: “Europa no tiene centro de gravedad ni político, ni económico suficiente”. En esta tormenta que vivimos, las fuerzas centrífugas nacionalistas y euro escépticas, se la pueden llevar por delante.

Pero no es menos cierto que Europa se ha hecho desde la crisis:

- Crisis políticas: De Gaulle y la silla vacía de Francia en los años 60 por el debate de la PAC, y el poder de veto francés; a finales de los 90 la comisión de Jacques Santer tuvo que dimitir por irregularidades y corrupción.
- Crisis de crecimiento y competitividad en los 70.
- Crisis moral y de derechos humanos: cuando nuestra parálisis y desunión permitió las guerras y masacres de los Balcanes en los 90.
- Crisis de política exterior: cuando Europa se dividió ante la guerra de Irak.
- Crisis institucional: fracaso de la Constitución europea y el atasco en aprobar el Tratado de Lisboa.
- Y ahora la mayor crisis financiera y recesión de la Europa unida.
Siempre hemos salido de las crisis, avanzando con un paso adelante.

Europa necesita:

Más entusiasmo y menos escepticismo.
Más ideal europeo y menos nacionalismos.
Más globalización y menos proteccionismo.
Más unidad política y menos soberanías intocables.


Es hora de que los europeístas lo seamos sin complejos: que digamos lo que queremos y lo que la crisis demanda: Una Europa Federal, con un centro económico y político fuerte y con una voz en el mundo unida y poderosa a favor de un modelo social justo y de una economía sostenible.

Texto íntegro de la Conferencia pronunciada en el Forum Europa,Tribuna Euskadi.
Bilbao, 15 de mayo de 2009.